9/27/2007

El mundo pop de Quentin Tarantino (SI NO HA VISTO "DEATH PROOF" LE ADVIERTO QUE HABLO DE ALGUNOS DETALLES DE LA TRAMA)


Tarantino nació el 27 de marzo de 1963 en Knoxville, Tennessee. Cuando tenía dos años su madre se mudó a Los Angeles. Su primera vocación fue la de ser actor, por lo que decidió cambiar su nombre por de su padre biológico, pues hasta el momento había usado el de su padre adoptivo. En el año 1983 comenzó a trabajar en una tienda de alquiler de videos Manhattan Beach. Según el propio Tarantino este lugar fue su escuela de cine. El lugar donde lo aprendió todo. Esto hace que su gusto sea ecléctico y que vaya desde las más refinadas obras del cine clásico hasta las series de televisión o las películas de Kung-Fu.
Escribió los guiones True Romance y Natural Born Killers y que por falta de dinero para ser producidos dirigirían otros. Con el dinero que obtuvo de la venta de estos guiones, más una ayuda que consiguió para él Harvey Keitel logró dirigir Reservoir Dogs (1992), que lo convertiría en toda una celebridad en el mundo del cine independiente.
Pero la película que lo catapultaría a la fama sería Pulp Fiction (1994). Los medios de comunicación y los políticos conservadores inmediatamente salieron a condenar esta película por su exagerada violencia. Pero lo que más miedo les daba no era tanto la violencia en sí, sino la reacción de la gente a la película. A diferencia de las películas de Martin Scorsese, cuya violencia es terrible, real y cercana en este caso la violencia era llevadera, ficticia y lejana. Era un violencia que no producía ese efecto de disgusto y rechazo, sino que la respuesta típica de la audiencia era la risa.
El único fenómeno parecido a la violencia tal como la muestra el cine de Tarantino son las comiquitas violentas al estilo Tom & Jerry. Son productos audiovisuales violentos destinados a niños que a pesar de su alto contenido de violencia no produce el efecto del que hablábamos en una entrega anterior sobre Scorsese, sino que al contrario todos ríen. El origen de este efecto es el hecho de que la violencia en Tom & Jerry no tiene efectos reales. La realidad de la violencia audiovisual es medida dependiendo del efecto que esta tiene en el sujeto sobre el que se ejerce esa violencia.
En el caso de Tom & Jerry el efecto nunca produce la muerte, no hay sangre como resultado de ella y la víctima siempre termina igual que al comienzo sin un solo rasguño. Jerry le lanza un yunque a Tom desde la azotea de un edificio alto. El yunque cae sobre la cabeza de Tom, pero en vez de matarlo o hacerlo sangrar lo convierte en un acordeón que al moverse produce el sonido de este instrumento musical.
En el caso del cine de Quentin Tarantino ocurre lo mismo. En una de las más famosas escenas de Pulp Fiction vemos que Vincent (John Travolta) va en el puesto del copiloto mientras Jules (Samuel L. Jackson) conduce. En el puesto trasero va Marvin, a quien Jules se voltea a peguntarle algo con la pistola en la mano y el dedo en el gatillo. Por un rato vemos la pistola, la cara de Marvin y nos imaginamos que algo va a ocurrir. El auto cae en un hueco y por error Vicent dispara asesinando a Marvin manchando el inmaculado Cadillac blanco.
Estamos lejos del mundo de Scorsese donde las muertes eran productos de asesinatos con causas. Estamos lejos del mundo donde los asesinos tienen razones para matar y entramos ahora en el mundo de lo accidental. Una vez asesinado Marvin comenzamos a entrar en ese extraño mundo donde los efectos de la violencia no son los mismos del mundo real. Jules se voltea y comienza a gritarle a Vincent por haber manchado el carro. En ningún momento se habla acerca del hecho moral de haber asesinado a alguien. Todo el tiempo se habla de limpiar el carro y de hecho, cuando aparece The Wolf (Harvey Keitel) toda la trama fluye en torno al hecho de limpiar el carro y limpiarlos a ellos. La sangre en las películas de Tarantino no es, como habíamos visto en el cine de Scorsese, algo que limpia sino algo que debe ser limpiado.
Tarantino aleja siempre su violencia de la realidad y se sumerge más bien en una violencia ficticia que tiene un propósito meramente estético. “Para mi la violencia es un asunto totalmente estético. Decir que no te gusta la violencia es como decir que no te gustan las escenas de baile en las películas de Minelli”.
Este alejamiento de la violencia real hace que los espectadores presencien la violencia desde un puesto de seguridad donde sabe que lo que está viendo es ficticio y que no le puede hacer daño. El humor al estilo Tom & Jerry y que ya vimos cómo usa en Pulp Fiction se repite en Kill Bill I y Kill Bill II donde podemos ver escenas como la que ocurre en el bar “House of Blue Leaves”, donde haciendo uso de una exagerada coreografía kung-fu vemos cómo La Novia (Uma Thurman) logra derrotar a más de doscientos guerreros dejándolos a todos tirados en el piso. Este uso coreográfico y exagerado de la violencia de nuevo nos hace ver que esta es irreal y que estamos seguros. Que no hay nada de qué temer.
La nueva película del enfant terrible de Hollywood, Death Proof (2007) deja esta seguridad muy clara. Aquí, como en ninguna otra de sus obras, vemos la intención de Tarantino de hacer que los espectadores se sientan seguros. En este caso desde el nombre (que traduce “A prueba de muerte”) vemos la intención de la que hablamos.
La trama es sencilla. Stunt Man Mike (Kurt Russell) lleva a muchachas en su carro y les explica que es un carro especial. Que su trabajo es doble de cine y que por lo tanto está diseñado de tal manera que pase lo que pase es imposible que mueras. Que es un carro “a prueba de muerte”. Pero lo que las mujeres no saben es que el único puesto desde el que se puede disfrutar este privilegio es el del conductor. Stunt Man Mike disfruta chocando el carro en aparatosos accidentes en los que no puede morir. Desde el puesto de absoluta seguridad puede presenciar de primera mano cómo las muchachas son destrozadas por el accidente sin tener que sufrir con ese hecho. Es el puesto perfecto. Es el puesto que construye Tarantino par que desde él veamos todas sus películas.
Pero además de la violencia debemos recordar que el cine de Tarantino es lúdico. Ver las películas de este artista es pasar un buen rato. Este es uno de esos directores que ha logrado rescatar el placer de ir al cine sin comprometer su integridad de artista y sin tener que hacer productos de baja calidad para una audiencia masiva. Es un artista que tiene su mano puesta en el pulso de sus espectadores. Después del fracaso de taquilla que fue Jackie Brown (1997) logró salir airoso y recuperar su prestigio con la maravillosa Kill Bill. Ver una película de Tarantino ha sido y muy probablemente seguirá siendo todo un placer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo porque ya la vi, pero cualquier persona que lea este post sin ver la película te va a odiar por revelar al personaje de Stunt Man Mike. Imperdonable. Sin embargo, tengo la misma opinión sobre el trabajo de Tarantino: no defrauda y está bien hecho.
G