4/23/2009

Apártate Galeano, llegó Dan Brown.



Eso fue llegar Dan Brown con su nuevo libro The Lost Symbol y Chávez desapareció de la lista. Todo volvió a la normalidad. Ahora el conservador está de segundo y tercero (por que la edición tapa dura y la tapa blanda en EEUU se miden por separado) y más allá las novelas de los vampiros adolescentes. Qué bien se seinte que todo regresa a la normalidad.
ps - Qué conste que está en el puesto 14 aún. Nada despreciable.

Susan Boyle, retírate. Llegó Shaheen Jafargholi.



Bueno, ya se destapó la cosa. Esta semana hubo otro concursante "sorpresa" maravilloso. Un niño de Gales que canta sin duda espectacular. Pero véanlo, porque de verdad la cosa suena demasiado falsa cuando le piden que cante otra canción. No se, something smells fishy Simon¡¡¡

4/21/2009

De recetas, recetarios y Don Armando Scannonne



Las recetas son el equivalente a las normas de ortografía y por lo tanto los recetarios serían como la gramática. Para datar el nacimiento de un idioma, se recurre a la primera edición de la primera gramática de esa lengua como es el caso del español, cuya fecha de nacimiento es el año 1492, en el que además de descubrirse este hermoso continente Nebrija publica su Gramática. Asimismo, pudiésemos decir que el primer recetario indica el nacimiento de la cocina de un país en el sentido de que alguien ha considerado por primera vez que el arte culinario de ese lugar es de tal envergadura que requiere ser conservado y pasado de generación en generación, pero no ya de boca en boca de madre a hija, sino en la indeleble escritura que le permitirá sobrevivir.
En el año 1861 Don José A. Díaz publica el primer recetario editado en Venezuela con el nombre de Cocina campestre y que es un libro curioso pues está dedicado a las personas que se dedican a la siembra y que a pesar de ser muy modestos, afirma el autor, tienen a su disposición la materia prima para prepararse comida que no sea “grosera, sino fina y abundante, sin necesidad de comprar otra cosa que la sal y algunos adminículos poco costosos”.
Desde 1861 para acá los recetarios se han multiplicado y hoy se han convertido en un lucrativo negocio para la industria editorial del país. De estos recetarios son pocos los que se dedican o incluyen comida venezolana como parte de su lista de recetas. Pero sin duda que uno de estos recetarios se destaca por haberse convertido en el paradigma de la cocina venezolana. “Tú haces el asado negro menos dulce que el de Scannonne” o “Yo le echo a la carne mechada más tomate del que dice Scannone” son frases que no sorprenderían a nadie pues las recetas que Don Armando Scannonne compiló en Mi Cocina. A la manera de Caracas se han convertido en el Standard a seguir.
El secreto de Scannone fue el haber supuesto que sus lectores pudieran no saber ni siquiera hervir agua, por lo que las instrucciones son detalladas y fáciles de seguir, a lo que se une el hecho de que las medidas son dadas en gramos, pero también en tazas por si acaso no tiene una pesa a mano.
Don Armando no sabe cocinar. Él mismo admite que su fuerte no son las destrezas necesarias para preparar alimentos en la cocina, pero la destreza de la que salió Mi Cocina no es manual, sino de otra índole. La base de datos que Don Armando tiene en su memoria de olores y sabores es de tal magnitud que muchos respetados chefs sostienen que no hay receta cuyos ingredientes no pueda intuir.
Desde pequeño apreció la buena comida que las cocineras de su casa preparaban bajo la estricta vigilancia de su madre. Los olores se convertirían en su reloj que le indicaba qué hora era, como el olor al papelón que muy de madrugada le agregaban al agua con que se haría el café de la mañana.
Es así como muchos años después y frustrado pensando que poco a poco los platos que se cocinaban en su infancia se cocinaban cada vez menos, por lo que decidió compilar estas recetas para los miembros de su familia quienes rápidamente empezaron a insistir en que estas recetas se publicaran, cosa que finalmente se hizo en 1982.



Para probar la importancia de este libro animo a cada uno de los lectores de esta columna que hoy comienza a que se levante y busque en la cocina un libro de mediano tamaño, grueso, de color rojo y que seguramente está sucio y demacrado por tanto uso. Si no lo consiguen pregunten a su mamá, a su tía o a cualquiera que cocine en su casa que dónde está el “Scannonne” y verán que por ahí anda. Por hacerle la vida más fácil a todos en la cocina y por garantizar que nunca se pierda el importante acervo que significa la cocina venezolana Don Armando Scannonne se merece todo nuestro respeto y agradecimiento.

Visite la página web de Armando Scannonne http://www.elplacerdemocer.com

4/20/2009

¿Y cómo no le va a dar la mano a Chávez también?


Pero es que Obama no puede ver una mano por ahí, porque inmediatamente tiene que apretarla.

4/19/2009

Va por el segundo puesto.

Hugo's Book Club


¿Recuerdan el Oprah's Book Club? ¿Recuerdan que basta con que Oprah recomiende un libro para que este aparezca sin demora en la lista de los más vendidos? Pues Chávez tiene su propio Book Club. Primero fue con Chomsky, a quien le vino muy bien que su libro "Hegemony or Survival: America's Quest for Global Dominance" fuese recomendado por Chávez desde la ONU, pues llegó al primer puesto de los más vendidos en Amazon al día siguiente. Ahora le toca su turno a Eduardo Galeano, cuyo libro "Las venas abiertas de América Latina" (en su traducción al inglés "Open Veins of Latin America: Five Centuries of the Pillage of a Continent") fue el regalo de Chávez a Obama y ya está subiendo ráídamente la lista. Ayer estaba en el npumero catorce, esta noche estaba en el número 7 y esta mañana amaneció en el puesto número 4.
Pero bueno si tomamos en cuenta que el libro número uno en la lista de los más vendidos por Amazon es "Liberty and Tyranny: A Conservative Manifesto" de Mark R. Levin pues la cosa está equilibrada.
Si yo fuese editor, haría unas calcomanías que dijesen RECCOMENDED BY CHÁVEZ. Seguro sería todo un éxito.

4/13/2009

Ya va.


Curiosa expresión esta de “Ya va” y además con un espíritu muy de por estas zonas equinocciales del Ecuador. Porque “Ya” lo entiendo y “Va” también, pero ¿”Ya va”? Esa no. Si le digo a alguien que por favor me pase la engrapadora y me dice “Ya” pues entendería que me la va a pasar en ese instante; y si me dice ¨Va” pues supondría que se refiere al hecho de que me daría la engrapadora después de un rato. Pero si me dice “Ya va” no se qué pensar, pues por un lado lo va a hacer en el momento y por el otro lo hará después de un rato. Si nos escudamos detrás del espíritu tropical que nos gobierna pues estaríamos jugando a lo seguro si apostamos a que la fuerza del “Ya va” no está tanto en el adverbio ya, sino en el verbo que aunque se supone indica acción, en este caso afirma la futura inacción.
En fin, que curiosa expresión esa de “Ya va”.